No os defraudaré

Ayer noche: Champán, saltos, risas, fotos movidas, abrazos, mensajes de cariño, frases pringosas, croquetas, jamón, picos, no os defraudaré, llamadas perdidas, cánticos, lemas obsoletos, lágrimas. Y lágrimas, carraspeos, cabizbajismo, las castas de D’Hondt, teléfonos apagados, desvío de llamadas, desvío de saludos, papeles y banderines abandonados por el suelo, silencios, el vacío.

Horas antes: Mangas remangadas, agua, café, el problema es la abstención, esta es la fiesta de la democracia, carreras, tentempiés, siempre hay quien se pone a contar anécdotas, sobaqueras con cercos húmedos, mensajes, batería baja, préstame un cargador, no tengo hambre, cómo van en Madrid, y en Cádiz, y en Jerez, dónde has leído eso.

Días antes: Visitas, discursos aprendidos, ¿rezos?, frases cortas, saludos, entrevistas, sonrisas, fotos, papeles, mensajes, memes, agotamiento, es que ni duermo, un empujón más, favores, encuestas, enfados con las encuestas, insultos a las encuestas, la lealtad, blasfemias, argumentarios manoseados, esperanza, pesimismo, esperanza otra vez, más visitas, más fotos, más saludos, reuniones de estrategia, cálculos, futurología.

Semanas antes: Llamadas y correos electrónicos, rumores, reuniones, reuniones por lo bajini, citas a deshora, petición de esfuerzo, sonrisitas, programa, balances, comentarios irónicos, mentirijillas, camelos, enfados, puñaladas, voces, gritos, más puñaladas, reuniones de estrategia, papeleo, ganas de arreglar el mundo, no podemos consentir que, hay que, hay que, hay que, reparto de tareas, hojas de cálculo de gastos previstos, hojas de cálculo encriptadas y con contraseñas, mensajes crípticos, comentarios malintencionados, comentarios amorosos, firmas, sesión de fotos, donaciones, préstamos, eslóganes, logotipos, anuncios, promesas, promesas, promesas, vamos a por todas.

Hace cuatro años: Juro o prometo acatar. No os defraudaré. A partir de ahora, yo. Gracias.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (29 de mayo de 2023)

Un mundo de postín

Me exiges que escriba sobre ti.
Así. De gratiní.
Que hable bien de ti en un mundo de postín.
Que te haga la publi, que no parezcas un mindundi.
Que la gente crea que has sido tocado por Dios.
Que riegue tu ego y te eleve hasta el sol.
Que eres un mesías, ¡venga ya!, que te rindan pleitesía.
Que te haga una elegía, que tu programa es poesía.
Pero vendes el oro al mismo precio que tus rivales.
¿No te das cuenta de que así no vale?
Prometes quemar la corrupción.
Que salvarás al trabajador.
Acabarás con la pobreza entera.
Protegerás la retama del serrucho de las empresas.
Y encenderás un nuevo centro limpio, vivo,
lo dejarás todo como un plato de Romerijo.
Y los conflictos caerán en la depuradora del dolor.
Lo llenarás todo de vida, amor y corazón.
Bla bla bla, te contesto yo.
Todo igual y propaganda del montón.

Lo siento, no me puedes amenazar.
No tengo miedo aquí atrás.
Soy yo quien pulsa la tecla.
Recuerda, soy yo quien forma la letra
y si le da la gana la revienta.
Piénsalo. Acéptalo.
Que para algo somos colegas.
Pero lo siento, no me puedes presionar,
ni tampoco extorsionar.
Ni con un maletín negro de billetes de veinte.
Ni con una cena en Aponiente.
Me pides elogios que resultan feos,
que esparza un humo que llegue al cielo.
Que invente de tu vida un cuento bueno.
Lo siento, pero yo a eso no llego.

Si acaso puedo dispararte unos disparates a modo de consejos.
Coloca tu foto en el cabecero de tu cama y confórmate con admirar tu cara.
Alábate frente al espejo.
Te animo a que bajes al infierno.
Que huelas la verdad que se cuece ahí dentro.
No olvides de dónde vienes.
No aspires a la cima de Hernán.
Ni Valdela ni el Tejar, ni la plaza Isaac Peral,
tu camino te lleva más allá.
Es el camino de la humildad.
Anda, no malgastes amistad y quédate donde estás.
Menos mal que al final no he dicho tu nombre, ¿verdad?
Sabes que prefiero gastar el gas rimando y rapeando unas cuantas chuminás. 
Ah.

Publicado en El Alambique (Diario de Cádiz), originalmente en prosa por cuestión de espacio (17 de abril de 2023)

El juego de las listas

El juego consiste en montar una lista electoral y hacer que gane. Y para tener posibilidades de ganar, hay que pensar mucho, gestionar con cabeza el presupuesto para que no se lo lleve la banca y no barajar demasiado. Quien sabe de esto dice que en la cabeza de la candidatura hay que colocar a la gente potente. Lo que pasa es que el resto no entendemos qué significa eso de “gente potente”. Podemos hacernos una idea, pero muy neblinosa. Por supuesto, no es una decisión muy democrática. Es pura estrategia.

A continuación, se instala el grupo de acólitos. Son quienes, si gestionan bien la partida, podrían sentarse en un sillón sin tener que dar mucho la cara. Por eso, el orden en estos puestos ha de establecerse con mucho tiento, normalmente en virtud del nivel de esfuerzo y militancia. Sin embargo, a veces la escala es un tanto subjetiva, se hacen trampillas, se humillan, ponen chinchetas en las sillas y hasta se lanzan cuchillos a la espalda.

Por último, al final del todo, están los últimos de las listas. Los mediocolegas, medioafines, o mediofamiliares. Es decir, el relleno, los extras. A quienes se les pide el favor y responden  “vale, venga, ponme atrás, que no quiero figurar demasiado” por no decir “vale, venga, ponme atrás que yo solo quiero que me invites a una copita cuando me veas en la feria”. Son buenas personas, que quieren pasar desapercibidas –adulaciones las justas- mientras echan un cable. Son indispensables porque las reglas son así: hay que rellenar la lista completa. Son la gente que te explica qué se cuece en cada equipo, qué fortalezas y debilidades tiene, que potencialidades y qué amenazas. Por eso, para alguien ajeno a la competición como yo, y que solo participa en las apuestas, este es el grupo más interesante.  Y lo digo con cariño, que cada cuatro años me encuentro a gente conocida en el álbum oficial de la liga electoral, en equipos diferentes y de todos los colores, y me sabe mal decirles a la cara que no voy a apostar por ellos.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (6 de marzo de 2023)

Promesas molan

Las promesas molan. Súbete a la ola y goza. Goza imaginando un futuro sin chabolas. Que vayan a dejar la ribera como la de Bilbao. Que se coman el tráfico en el centro anticuado. Que embellezcan Pozos Dulces con un huecograbado. Que algunas calles quieran peatonalizar, que las hagan más amables para caminar, para disfrutar, para no aparcar. Que instalen aparcamientos portátiles, frágiles, retráctiles, nada fáciles de usar. Que vayan a montar tres puentes sobre el río. Y más parques para críos. Frío. Bah. No hace frío. Que la pista de hielo que se quede para siempre, de enero a diciembre entre portuenses. Que techen el Aquasherry como el Roland Garros; será una sinrazón pero una obra gigante, fotografiable y sin parangón. Que vayan a construir una estación intermodal, brutal, total. Que pongan en marcha el metro de Fuentebravía a Valdelagrana y la línea de La Puntilla a Doña Blanca. Que vayan a darle vida a las canteras de San Cristóbal, con auditorios, hoteles y tiendas de moda. Las promesas molan. Súbete a la ola y goza. Goza imaginando un futuro con futuro. Cuánto pagarán; cuál será su pena si no cumplen sus augurios.

Las promesas molan. Y crecen y florecen. Y llegan las promesas que gritan al viento y vuelven con eco: Que bajen los impuestos y que suban los sueldos. Que quiten listas de espera y pongan listas placenteras. Que respeten a la peña, da igual su camiseta. Que no te juzguen solo por ser. Que no te odien por querer. Que la humildad sea premiada y la ansia castigada. Que no falte el pan, ni el techo ni el tiempo. Que triunfe la empatía, dignifiquen fruterías y cancelen supremacías. Que detengan la porquería de las refinerías y abandonen la sangría de la sangre mía, y tuya, y nuestra. Que nos envuelvan el mundo en papel de regalo y nos lo devuelvan, pero sin los malos. Las promesas molan. Súbete a la ola y goza. Goza imaginando un futuro sin chabolas. Cuánto pagarán. Cuál será su pena si no cumplen sus ofertas y no pagan sus apuestas.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (17 de octubre de 2022)

El tío paliza

mapa de baño
mapa de baño

Me viene el tío paliza y me dice que este año que por favor, que no le mande cadenitas por teléfono, por wasap ni por mail, que no le mande cadenitas de amor, cadenitas solidarias y benéficas, cadenitas de belleza suprema, cadenitas humorísticas -aunque te partas de la risa-, cadenitas de te deseo paz y prosperidad, cadenitas esotéricas, cadenitas pseudoeróticas. El tío paliza me dice que no tiene tiempo ni de verlas, que este año no, porque tiene otros asuntos más importantes que atender, que si comprar los langostinos, que si ir al Toisarás, que no tiene tiempo, vaya, como la gente normal como él. Que recibe demasiada información al cabo del día como para perder el tiempo en cadenitas de dudosa autoría, de dudoso objetivo y de dudoso gusto. El tío paliza me suelta todo esto y, el muy jartible, va, insatisfecho todavía, y me dice que mejor que enviar cadenitas, me ponga a leer un libro, que pobrecitos los libros que ya nadie los lee. Y pobrecitos sus autores.

¿Será paliza el tío?

El tío paliza sigue diciendo lo de las cadenitas, que si la gente no es seria, que si la gente debería estar más atenta a las elecciones al congreso, que si están muy interesantes, que si todo pende de un hilo. Una paliza, lo que yo te diga. Y sigue: que si El Puerto está fatal y no tiene solución, que si los estudios dicen la verdad y todo va fatal y que sí, que es un derrotista negativista, negacionista incluso de la posible mejoría, pero afirmacionista de que siempre ha sido así, que toda generación percibe lo venidero como algo peor, que en épocas de crisis es normal dicha percepción, pero que lo vamos a cambiar. Lo que es un tío paliza, en toda regla. Y después de todo lo que me expone casi sin respirar, va y me repite lo del libro. Que no, que es broma, me aclara, pero que coja este cuadernito, que es el programa de su partido, que pobrecitos que nadie los lee. Mejor, que coja un puñado y los reparta a mis conocidos. Que ésta es la única cadenita que le vale, dice el tío paliza.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (7 de diciembre de 2015)

Calentando motores

pared
pared

Cuando los partidos políticos calientan motores, lo inundan todo de un humo gris blancuzco, que no deja ver la retama ni la caca ésa del perro que hay ahí en medio de la acera. Todo. Lleno. Humo. Gris blancuzco. Pegajoso. Amargo. Y encima, acabas pisando excrementos emergentes.

Pues resulta que ya están calentando motores, aunque bien podrían ir en bici y no dejarlo todo pringado con su humo gris blancuzco. Y verás tú luego cuando se junte el mencionado humo con el de los motores de las motos, que están por llegar en unas semanas. Una sinfonía de humo, vapores y, por descontado, olores interminables a quemado y a combustión moderna. El olor repetitivo de promesas inalcanzables. El olor del caos.

Sin embargo, a mi no me afecta ese humo porque me gusta ver la carrera electoral entre el público, a cierta distancia. La postura fácil y cómoda, dirá alguno. Pero la mejor para observar el lance del juego éste de a ver quién se lleva el silloncito más grande. Como cuando ponía las carreras de motos en la tele: unos frutos secos, un refresco, y a disfrutar de la victoria de uno y la derrota de los demás, sin la molestia de tener que respirar hollín. Competición, por cierto, que se resolvía, como también ocurre en las elecciones, con o sin justicia de por medio.

Porque precisamente ahí está la gracia, en que la justicia mira para otro lado y se hace la loca cuando de competiciones se trata. Solo están el poderío económico, el tecnológico, el físico y el azar para determinar el resultado, ya sea justo o no. Si el final fuera previsible, no existirían las apuestas.

De ahí que no me moleste que calienten motores. Calentad, calentad sin miedo. Como si se ponen a hacer derrapes y a quemar rueda. Mientras traigan emoción y no me llamen a presidir una mesa electoral, me da igual. Ya se enfriarán luego, sin duda, y el humo gris blancuzco desaparecerá como una niebla matutina, difuminándose a medida que el sol le hinca sus garras y la deshace a jirones. Hasta la próxima carrera.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (13 de abril de 2015)