La tortuga mora

agujasEl informe de la Agencia Tributaria es tajante y avisa, bajo amenaza de sanción económica: “La tortuga mora (testudo graeca), en su época de hibernación en la desembocadura del Guadalete, se inhabilita para ejercer un cargo público durante siete o más años, por si se da el caso de que cometa prevaricación, algo común según los últimos estudios. Siendo un animal de gran longevidad, las condenas se hacen largas y pesadas por lo que desarrollan habilidades inauditas (el cortejo y la cópula de las tortugas moras puede verse hoy como espectáculo público en la plaza de toros o a través de canales de pago). (…) Con las bajas temperaturas, suelen introducirse bajo tierra y ahí mismo, apáticas, se contratan a sí mismas, con el objetivo de no depender de nadie ni de la titulación requerida. Esta actitud las convierte, de facto, en expertas en recursos humanos, que son una especie mucho menos antigua, en términos evolutivos, que los reptiles. (…) Hoy día, debido a los efectos de la depuradora de aguas residuales, la tortuga mora ha adquirido la costumbre de limpiar las empresas municipales, expulsando a cualquier sujeto que se muestre indefenso, en una búsqueda incesante de la rentabilidad natural. En este devenir biológico, son capaces de dejar morir de inanición a diversos tipos de asociaciones ajenas a sus principios morales. (…) En las épocas de cría, la tortuga mora aprovecha para preparar campañas electorales, ausentándose de su trabajo, pero manteniendo el sueldo. La adaptación y supervivencia de los individuos depende de esta triquiñuela éticamente reprobable desde el punto de vista del reino animal. (…) En base a todas estas cualidades, amplificadas por una desmesurada exposición en las redes sociales, la tortuga mora está eclipsando la figura del alcalde en su quehacer diario. Por todo ello, la Agencia Tributaria desaconseja el uso totémico de la tortuga mora en cualquier fiesta típica local (incluída San Antón) y reclama su ingreso inmediato en un zoológico de máxima seguridad”.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (13 de enero de 2020)