No tengan miedo

Muchos empresarios, que crean una barbaridad de trabajo (muchísimo, mire los datos), están asustados por si gobierna Satán y sus diablillos enrojecidos y les quitan los privilegios que les permiten contratar a alguien por dos horas para que trabaje ocho, o que puedan guardar sus millones en el extranjero para no tributar demasiado. Los políticos de siempre, los que viven de esto desde hace años y décadas (y siglos incluso), están asustados porque se les acaba el chollo y no podrán ir al teatro de gratis. Los políticos nuevos están asustados porque no saben por dónde les va a salir el tiro, ya que no están muy familiarizados con el funcionamiento interno de la escopeta (ni con la filosofía de los jefes de servicio). Y la gente está asustada porque por todas partes le quieren hacer creer que lo nuevo es satánico y lo antiguo bendito (y por lo visto, lo satánico es malo, y lo bendito, bueno).

rocas
rocas

Pero yo no estoy asustado. Más bien al contrario. Desde mi punto de vista, bajo su mirada (de usted, lector), todo esto del futuro gobierno portuense me da vidilla. Ya gobierne uno en minoría desgastada o gobiernen tres en mayoría satánica, gobierno habrá y mientras haya gobierno, a mi me da la risa fácil y las palabras me salen solas y podré seguir escribiendo artículos.

Así que solo me queda aconsejar a la gente que no tenga miedo (a no ser que esté sin trabajo, sin casa, sin comida, sin luz, sin agua o sin libros) y que se ría. No teman, por dios. La política ni se destruye ni se crea, se transforma. En breve tendremos gobierno y, con el beneplácito de los jefes de servicio y las empresas concesionarias, el tiempo nos dirá que los empresarios podrán seguir contratando por dos horas y guardar su dinero sobrante en una isla perdida, que los políticos viejos podrán seguir yendo al teatro de gratis y los políticos nuevos aprenderán a usar la escopeta (metáfora, evidentemente, de las decisiones plenarias) para que el tiro no les salga por la culata.

Reírnos, tendremos que reírnos.

Publicado en El Alambique, Diario de Cádiz (8 de junio de 2015)

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